Mi última reflexión fue hace ya bastante tiempo. Quizás demasiado. ¿Qué es lo que ha pasado para que no me haya parado a pensar ni siquiera un rato? Nada. Al menos nada especial que se aleje de la típica rutina del español medio con las uñas de los pies largas.
Pero ahora es diferente. Ahora tenemos que juntarnos para disfrutar del espíritu de la navidad y contagiarnos de esa alegría de vivir que tenemos todos los españoles.